martes, 30 de diciembre de 2014

Un año se va, uno nuevo vendrá, feliz 2015.

Hacer un análisis de todo un año es agridulce. Resulta imposible tener un año repleto de cosas buenas y nada malo, o viceversa. Puede que al final la balanza vaya más para un lado que para otro, pero siempre tienes experiencias en ambos extremos.
Yo voy a empezar por lo agrio, porque me gusta quedarme con buen sabor de boca.
Este año se llevó consigo a Duque, o para ser realistas, se lo llevó un coche. Creo que pocas personas sintieron el mismo dolor que yo, que todavía recuerdo cuándo lo dejaron en una cajita en casa de mis abuelos y el cabía en mis manos. Fue un gran amigo, y como mi padre decía, no era el más listo, pero tenía un corazón que no sé como le cabía en el pecho. Ojalá yo hubiese sido tan buena amiga como él lo fue para mi.
Supongo que cuándo alguien querido nos deja siempre decimos lo mismo...pero ojalá hubiese disfrutado de más tiempo con él, porque ahora ya nada puede devolvérmelo.
Este año también he sentido la falta de algunos amigos que por diferentes motivos no estuvieron presentes como en años anteriores. Siempre me demostraron que estaban ahí, no lo he dudado ni un sólo instante, pero siempre se echa de menos hablar cara a cara, un abrazo los lunes por la mañana...esa clase de cosas que WhatsApp no puede darnos.
Gente que decidió irse, con razón o sin ella, pero que ya no quisieron formar parte de mi más tiempo, esa gente también ha marcado este año. Rober Braul dijo que la vida se vuelve mucho más fácil cuándo aprendes a aceptar una disculpa que nunca has recibido, y cuánta razón tiene. A veces no recibimos esa disculpa porque no la merecemos, pero entonces tenemos que perdonarnos a nosotros mismos. La pérdida es el castigo en un principio, y la recompensa al fina.
Pero este año, lo bueno ha vencido, y por goleada.
Supongo que es justo empezar diciendo que en mi familia, a pesar de ser polos opuestos repeliéndose a todas horas, las sonrisas, la comprensión y el amor nos ha hecho superar de todo juntos. No sé que haría sin ellos, por mucho que al leer esto digan que soy una peliculera, os juro que no sé que sería de mi sin ellos. Ojalá nunca tenga que saberlo.
Este año ha sido el último en mi instituto de toda la vida, con mis amigos de toda la vida, con profesores que terminaron siendo amigos de toda la vida.. Me encuentro a mi misma muchas veces echando la vista atrás y es doloroso darse cuenta de que jamás volveremos a estar en el mismo grupo juntos. Lo dije una vez y lo vuelvo a repetir: han sido los mejores años de mi vida porque han sido con vosotros.
Sin duda, ser becada por las fundaciones Barrie de la Maza y Amancio Ortega condicionó este año desde el principio. No sólo porque iba a vivir mi sueño gracias a mi esfuerzo, sino porque he conocido a personas ue me quedan para toda la vida. No, todavía no estoy hablando de la gente que he conocido aquí, sino de becados con los que estoy compartiendo esta experiencia de crecer en un país totalmente diferente. Y para diferente nuestro grupo, que tenemos de todos menos al pato de Mixta. Gracias por tanto, chicos.
Este año trajo consigo al mejor verano de mi vida. Si lo viviste conmigo y estás leyendo esto, sabes a que me refiero y estarás sonriendo o riéndote. Posiblemente la segunda. Muchísimas gracias a mis padres por la paciencia y la confianza, y aún más gracias a los que lo vivisteis conmigo. La fiesta sin vosotros sería como las hamburguesas sin ketchup. O peor. (Por cierto, pal año más y mejor!)
Con el 2014 recuperé a personas que creía perdidas y llegaron nuevas que espero que se queden durante muchos más años.
Sin duda, fue un año de despedidas y bienvenidas, y las más grandes empezaron en agosto, cuándo me vine a USA, a conocer a mi segunda familia, perfeccionar mi tercer idioma y sobre todo, crecer como persona. No es todo de color de rosas, pero no pasa nada, en Wallmart hay pintura y pinceles a un precio muy asequible. 

Recuerdo hace años ir llorando a la habitación de mis padres diciéndoles que no quería que se acabase el año. Sigo siendo una niña, pero ya no lloro por el fin del año, porque así tiene que ser. Se ha llevado cosas buenas, pero con él también dejo atrás algunas que no necesitaba en mi vida más tiempo.
Y no me olvido, este año he revivido este blog, que cuido como a mi pequeño tesoro, y vosotros que me leeis, también formáis parte de este año que dejo atrás, y espero que forméis parte de los muchos que quedan.
Gracias por un año lleno de cosas increíbles, gracias también por las malas, no hay otra forma de aprender. Gracias.

¡FELIZ 2015!

lunes, 29 de diciembre de 2014

+145: It's the most wonderful time of the year.

¡Feliz Navidad a todos! Por fin puedo decir que he dormido lo suficiente para volver a se persona, y no veáis que bien sienta. Además, he pasado las navidades más mágicas que recuerdo desde que en mi familia todos los niños dejamos de creer en Papá Noel y los Reyes Magos, y es que estos americanos y sus tradiciones lo hacen todo mil veces más espectacular. 
También han sido días con la necesidad de recordar a mi familia y mis tradiciones gallegas en estas fiestas, pero no fue demasiado fuerte, sé que tendré muchos más años para disfrutar de ellos a mi lado, y aquí me quedan cinco meses escasos. 
Ya echaba yo de menos escribir estas introducciones a los posts, pero no quiero entreteneros más con mi sentimentalismo de domingo.

El lunes, para empezar las vacaciones con ánimo, tuve entrenamiento de baloncesto de diez a doce de la mañana. La verdad no me encontraba demasiado bien, y tuve que parar varias veces durante la práctica para ir a fuera y respirar aire fresco. Lo primero que pensé es que estaba cogiendo la gripe, porque Elisabet la tenía desde el viernes y siempre estaba con ella, pero luego recordé que me había vacunado y me quedé más tranquila. 
El caso es que me pasé el resto del lunes en cama, con dolor de cabeza y barriga y durmiendo. Lo malo es que malgasté uno de mis días de vacaciones, lo bueno es que recuperé parte de la energía que había perdido. 

El martes volví a tener entrenamiento por la mañana, y a pesar de sentirme un poco mejor, todavía estaba pachucha, así que no fue para nada divertido. Al acabar, fui con mi host dad a buscar el resto de regalos de navidad que necesitaba, así que al llegar a casa me pasé como mínimo dos horas envolviendo todos los regalos de navidad. Los americanos tienen tradiciones diferentes a las nuestras, para ellos Santa no deja los regalos debajo del árbol la noche del 24, Santa deja los regalos en los Stocking (los típicos calcetines de las películas colgados en la chimenea) o, si son muy grandes, en la puerta. Debajo del árbol, la familia va dejando los regalos que ellos compran, y que se abren a la mañana siguiente, lo que viene siendo el 25. 




Después de eso estuvimos decorando las cutout cookies que habíamos hecho el lunes. Es tal y como os lo imagináis, con mil formas y las puedes decorar con mil colores y..bueno, de película!
                           





A las seis fuimos a la iglesia a la que vamos Olivia y yo para el Candelight Service. Fue muy especial, la verdad, con gente haciendo solos, cantando, y a mi me pidieron leer un pasaje de la Biblia en castellano y cantar Noche de Paz mientras encendíamos las velas. Fue muy bonito y hubo mucha gente que se emocionó. 

Al llegar a casa vimos Elf en el salon. Es la típica peli navideña, y yo me reí muchísimo. Hace muchas navidades que no me siento tan niña como esta..

El miércoles a las ocho dejamos la casa porque la chica que viene a limpiar venía ese día. No sé como pude mantener los ojos abiertos más de diez minutos, de verdad. Fuimos a desayunar a Big Boy, que para mi es el mejor restaurante de desayunos que hay por aquí. Desayuné tortitas con pepitas de chocolate, huevos y bacon. Cuándo terminé me dolía el estómago, pero estaba demasiado rico para dejar de comer.
Después de eso no fuimos a un centro comercial y a una tienda de antigüedades a 30 minutos de aquí para terminar las compras de navidad. En la tienda de antigüedades, quise comprarlo todo, y estaba rebajadísimo. Es una pena que no pueda comprar la tienda entera...
A la vuelta, hice Skype con toda mi familia, que estaba ya de cena de Nochebuena. Fue increíble hablar con todos, ver la cara de mi hermano justo después de que viese el cachorrito que le regalaron por navidad y sentir que estaba allí estando aquí. Simplemente me hizo sentir como en casa (estando en mi otra casa). Además ellos se sacaron una foto "conmigo" en la tablet, un poco demasiado, pero me hacen sentir como en casa. Bajé el portátil al salón para presentarles a todos a mis padres de aquí y a Olivia, y la verdad fue genial. Por cierto, tengo entendido que tocó la lotería en Lugo, si algún rico me lee ¡NECESITO UN MÓVIL NUEVO CON UNA BUENA CÁMARA DELANTERA! Gracias.


Después fui a cenar y habían comprado comida China, por lo que tuve mi primera galleta de la suerte y también el pollo con arroz más rico que he comido en bastante tiempo. A eso de las seis descubrí otra de las tradiciones americanas de Navidad: abrir solamente uno de los regalos. El mío fue el pijama más calentito y gordito que he visto en mi vida. Tengo que decir que soy como una niña de tres años en navidad, así que fotos no faltaron.




A las diez nos subimos en el coche para ver las luces de Navidad en Coldwater. Hay algunas casas que son simplemente impresionantes, de concurso de televisión, e incluso hay una que tiene las luces sincronizadas con una emisora de radio. Es una autentica pasada.


A las once fuimos al Candlelight Service de la iglesia a la que va mi padre. No fue tan entretenido como el del día anterior, pero estuvo bastante bien. Al llegar a casa nos fuimos a dormir, pues a la mañana siguiente abriríamos el resto de regalos.

El jueves por la mañana Olivia me despertó a las ocho y esperamos en las escaleras (tradición en mi casa) hasta que mis padres se levantaron. Lo primero que abrimos fue los Stockings que Santa había llenado la noche anterior. Gominolas, muñequitos, chocolate, blocks de notas, cinta adesiva de Frozen, y lo mejor de todo...¡un cojín en forma de Pumba! Durante la temporada de cross country todas las chicas tenían uno menos yo, así que me hizo mucha ilusión. Además, ¡es adorable!

Después nos fuimos turnando para ir a buscar regalos. En total tardamos dos horas en abrirlos todos. Me alegró mucho que les gustase lo que les había comprado, porque yo soy un verdadero desastre haciendo regalos, y ellos acertaron de lleno. Me compraron muchísimas cosas para empezar mi Scrapped book, porque los materiales son muy caros, dos camisetas que dicen Coldwater y USA, la saga completa de El Señor de los Anillos, un calendario de The Beatles, moldes para hacer galletas...



En la familia de mi madre tienen la tradición de dar tarjetas de navidad la misma mañana que se dan los regalos, y sin duda fue la parte más emotiva. No voy a negar que lloré un poco cuándo Deb y Dave firmaron la mía con Mom and Dad y cuándo vi que la de Olivia decia For my sister. No sé, como ya dije, el regalo es estar aquí con ellos y ser parte de la familia.
Gracie creo que notó que todos estábamos un poco sensibles, así que decidió subir al sofá a darme un buen abrazo perruno.

Fue una tarde de relax, estuve organizando las 160 fotos que llevé a imprimir y después tuve una conversación por Skype con Rocío que llevábamos esperando semanas (o meses, casi mejor dicho).


A la mañana siguiente, esto es, viernes, dormí hasta casi las once, y cuándo bajé a la cocina mi padre me tenía la mejor sorpresa del mundo: ¡había cocinado tortilla española! Vale que para el desayuno no es lo más apropiado, pero ¿qué importa cuándo es tortilla? Además, llevaba puesto el delantal que me mandó mi madre desde Galicia del Festival da Luz. 
A eso de las tres menos cuarto nos fuimos al cine a ver la última parte de El Hobbit. Me encantó, a pesar de que casi no dan un segundo para respirar, es acción continua, pero casi mejor, porque con lo cansada que estaba me hubiese quedado dormida.
Al acabar fuimos a recoger a Elisabet a su casa porque venía a pasar la tarde y la noche a la mía. No tengo ninguna foto y creo que es la prueba de lo bien que nos lo pasamos. Intercambiamos regalos, y lo mejor del regalo que ella me dio fueron unas latas de soda en forma de cerveza. Hemos hablado muchas veces de lo traumatizados que están estos americanos con el tema del alcohol, y cuándo se lo enseñé a mis padres (de aquí) se rieron muchísimo. Jugamos a juegos de mesa, cotilleamos mucho, vimos una peli mientras seguíamos cotilleando y nos quedamos dormidas a eso de la una.

El sábado por la mañana a las diez salimos de casa porque yo tenía entrenamiento de baloncesto, así que dejamos a Elisabet en su casa. El entrenamiento ayudó a despertarme, pero no demasiado, así que al llegar a casa y después de darme una ducha, hice un intento de siesta, que no funcionó muy bien. Luego Peter y Janice, mi host brother y su mujer vinieron a casa. De nuevo más regalos, esta vez un libro y una bufanda preciosa hecha a mano por Janice. Después de cenar fuimos a ver las luces y jugamos a varios juegos de mesa hasta que nos fuimos para cama porque el sábado madrugábamos. 

A las nueve de la mañana salimos de casa con bolsas de regalos hacia Marysville, dónde vive Amy, la hermana de mi host mom. Después de tres horas de viaje y sin sentir el culo, llegamos con un hambre que yo hubiese comido por cinco si no es porque me daba vergüenza. Después de tener el estómago lleno, nos sentamos todos en el salón y nos dimos más regalos de navidad. Yo tuve más cosas para mi scrapped book y mi primera sudadera de University of Michigan que no es lo mismo que Michigan University o Michigan State. Un día haré un post para hablaros de las diferentes universidades de aquí, porque yo tardé meses en entenderme. 
Luego tomamos los postres y hablamos un poco. A las tres y media nos volvimos a subir al coche, porque al llegar a casa hacíamos las maletas.
Como ya sabéis, mañana (o hoy para la mayoría de los que me estáis leyendo) me voy a South Carolina, a conocer a mi otro host brother y a pasar la última semana de vacaciones. No puedo esperar, de verdad.
Como habéis visto, las últimas preguntas de ask las he respondido sin hacer vídeo porque no voy a tener tiempo a hacerlo durante esta semana y quiero responder a todas vuestras dudas. En el hotel creo que tendré wifi y podré mantener actualizado todo (así como hacer deberes, porque todavía no he empezado y tengo los finales a la vuelta!). Sin más, no dudéis en dejar más preguntas, comentarios, o lo que sea.
¡Un beso muy fuerte, feliz navidad, y próspero año! 



viernes, 26 de diciembre de 2014

¡Respondiendo 27 preguntas desde Míchigan!

Aquí tenéis un nuevo vídeo respondiendo a las preguntas que me habéis dejado en ask .Cuándo vi que había 36 pensé que se me daba un ataque al corazón, pero muchísimas gracias! 
Si alguna de las preguntas que me hacéis preferís que la conteste por escrito, no dudéis en indicarlo! Siento la mala luz de nuevo (o mejor dicho, la demasiada luz) y espero que haya muchas más preguntas para cuándo vuelva de South Carolina.
¡Un besito!

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Carta de Nadal

Fai dous anos falando con meu pai, díxome que a veces o Nadal era duro porque botabas máis de menos a quen non estaba. Tal vez non foras esas as palabras, pero ese era o significado.
Hoxe, dous anos despois e sen ser unha "nena de Nadal", xa que non é unha época que signifique tanto para min como para outras persoas, eu sinto esa falta.
Non me canso de dicir que estou moi ben aquí, que atopei un lugar para min, para vivir algo que levaba moito tempo buscando. E si, atopei outra familia, pero a de verdade... a de verdade está moi lonxe de min.
Papá tiña razón, e supoño que por primeira vez en moito tempo o Nadal ten un sabor menos doce e incluso lle atopo más importancia que nunca.  Teño moitas ganas de vivir estas festas aquí, con toda a importancia que lle dan, as miles de luces nas casas, as árbores do tamaño de un xogador de baloncesto (ou máis) e as galletas feitas na casa e decoradas. É moi especial.
Pero eu póñome a pensar, porque non, a cabeza non para, e sei que hoxe é a cena de Nadal na casa dos abuelos coa cheminea acesa e con esas conversas na mesa comendo turrón e bebendo uns viño e outros Coca-Cola, e para que mentir, vouno botar de menos. 
Conforme eu fun medrando e Noel tamén, estas fechas volvéronse menos máxicas ano tras ano, pero dende hai un tempo atopo en min a esa nena que sempre fun, e non paro de voltar a vista atrás a cando papá e mamá escondían os regalos o dia de reis, ou toda a familia abrindo os que Papá Noel deixara en Noiteboa. E agora que me poño a pensar, acórdome da primeira Nintendo que tiven, cando tiña sete anos ou menos.
Que materialista fun sempre, e que pouco me dei de conta ata que cheguei aquí. Porque este ano tamén vou ter regalos aquí, pero doume de conta de que o regalo máis grande é que me traten coma unha máis da familia, que me digan que se alegran de terme con eles agora que os meus dous irmáns maiores non pasan as festas na casa e que lles dou alegría. ¿Qué máis lles vou pedir?
E sigo pensando, e vexo todos os regalos que a miña familia e amigos me deron durante todos estos anos e o pouco en conta que llo tiven. Eses bicos da abuela Lourdes que parecía que me ía arrancar media bochecha, ou o coello cando íamos o día de Reis (Yoha, se lees esto, saqueille foto ao móvil), axudar na casa a preparar a cea de Noiteboa, ver os nenos da lotería cantar os números e bromear con que "este ano facémonos ricos", ver a tele co piollo no sofá...
¿Sabedes que vos digo? Que eu son rica e sempre o vou ser dándome de conta do ben rodeada que estou.
O Nadal é para estar en familia, e eu estou en familia vaia a onde vaia, porque a familia sempre ven conmigo por moi lonxe que me dé por ir. E os amigos tamén.
A vos, que sodes esa familia que tiven a sorte de elexir e de que me elixiran, quero darvos as grazas por tantos anos compartidos, que agora póñome a pensar e mirade se choveu xa dende que estamos xuntos... pasamos de celebrar os cumpleanos no xardín de detrás da casa a saír por Melide por moito que chova, neve ou veñan ventos de 90km/h, salir hai que salir. 
E grazas tamén a esas persoas que non levades toda a vida ao meu lado, pero que chegastes polo menos coa intención de quedarvos,e que espero que así sexa.
Grazas tamén a aqueles e aquelas que se foron, que decidiron que o seu lugar non estaba ao meu carón e que ao menos tiveron a forza de admitilo. Grazas por ser honestos, é algo que escasea hoxe en día.
Eu quería escribir unha carta por Ano Novo, e escribireina, pero esta "Carta de Nadal" levaba xa uns días pedindo saír.
Non importa o lonxe que estedes, non importa o tempo que levemos sen falar: con vos en min, todos os días é Nadal.

Felices Festas!
2012, Friol, Lugo.

lunes, 22 de diciembre de 2014

+138: Pidiendo un descanso a gritos.

Christmas Break! 
Y menos mal, porque si mañana tuviese que levantarme para ir a clase estaría a puntito de entrar en depresión.
El lunes ya empezaba a encontrarme enferma, y me levanté diez minutos antes de tener que dejar la casa, así que me dejé las partituras para el concierto con la banda que dábamos para el instituto. Mi host mum volvió a casa a buscarlas. Os juro que me sentía como muerta, la verdad no sé como no me equivoqué más tocando, porque me encontraba fatal...
Por la tarde tuve entrenamiento, y nos metieron presión pues al día siguiente jugábamos contra Centreville.

El martes mi cuerpo ya pedía a gritos descanso, fue horrible. Tuve que darme una ducha antes de ir a clase, y a primera hora tuve un examen de Government que me salió bastante mal, y que va hacer que mi nota ya no se ese noventa y tanto por ciento que tenía, pero bueno, todavía me quedan los finales. La mejor noticia del día fue que en casa me estaba esperando el paquete con dulces de España que mamá y papá me habían mandado. Destrocé (casi literalmente) la caja. ¡CHOCOLATE! ¡TURRÓN! ¡GALLETAS PRÍNCIPE! ¡GOMINOLAS! Mamá sabe como hacerme feliz... También me envió gomas del pelo, porque las de aquí son incómodas para llevar en la muñeca, y yo sin una goma en la muñeca no puedo vivir...



A las cinco y media estaba en el gimnasio para jugar. Creo que ya lo he dicho, pero me siento obligada a repetirlo: soy patética jugando al baloncesto, y me frustra mucho. Me viene bien, porque me recuerda que no puedo hacer todo bien, pero lo llevo fatal. ¿Cómo puede dárseme tan mal? Me parece casi imposible... En fin, perdimos, nos patearon el culo otra vez (siento la expresión, pero es lo que mejor define lo que pasó). Lo mejor de baloncesto es los tres trozos de pizza que me como después de los partidos mientras animamos a Varsity, y que Elisabet siempre viene a verme para reírse de mi.

El miércoles a primera hora fui a clase de español a hablarles de las tradiciones navideñas en España y a compartir turrón con ellos. Necesitaba horas de community service, y hablar se me da terriblemente bien, así que fue fácil y entretenido. No hace falta decir que el turrón les encantó..
A segunda hora me encontré en mi taquilla el regalo de mi Secret Santa. Durante estas semanas ha sido lo mejor, os lo juro. No quiero verme yo el día de Navidad aquí abriendo todos los regalos..


Por la tarde tuve entrenamiento y en casa me quedé hasta tarde haciendo deberes y preparando una presentación para US History, una clase a la que iba ir tres horas el viernes a hablar de la historia de España también para el community service. La verdad es que estaba desesperada con lo de las horas...


El jueves tuvimos partido otra vez, esta vez contra Reading, nuestro "archienemigo" y si Centreville nos pateó el culo, Reading nos dejó lamiéndonos las heridas... Mi equipo es malo de narices, y el Varsity de chicas también. Pero el partido de JV Boys fue genial, muy empatado pero Quincy ganó, así que fue un sabor bastante dulce.
Al llegar a casa me puse a cocinar una bica, y diréis ¿para qué? Porque en periodismo ese viernes hacíamos una fiesta de Navidad en la que íbamos a decir quien era el Secret Santa de cada uno, y teníamos que llevar comida. La verdad es que me salió bastante decente, teniendo en cuenta de que tenía todas las medidas en gramos y estos americanos...ya sabéis que van al contrario del mundo..

El viernes fue un día redondo de la noche a la mañana. Para empezar, a las cinco de la mañana Deb nos despertó a Olivia y a mi para decirnos que podríamos dormir dos horas más. Las clases empezaban a las 10 porque las carreteras estaban muy resbaladizas por el hielo. Yo casi no me lo podía creer, quería llorar de la alegría. Cuándo me levanté a las nueve, siendo más persona que zombye por primera vez durante esta semana, Dave había preparado cinnamon rolls, y como Olivia no quiso uno de los suyos, yo me comí tres. Con el retraso en el horario, las clases eran de 40 minutos, y tres de las horas fui a dar la charla sobre España, con lo que me dejaba solo tres clases, y la última era la fiesta de periodismo. Además, durante el lunch, comimos todos los de mi seminar gratis porque ganamos el concurso de decoración de puertas del instituto. Si, a estos americanos se les va un poco la pinza, pero oye, pizza gratis siempre suena bien.

Nuestra puerta.
Normas del concurso.
A última hora descubrí quien era mi Secret Santa. Casi no me lo podía creer, de verdad. Cuándo me lo dijo, salté de la silla y le abracé al menos durante 30 segundos. ¡Trevor! Me dijo que se había esforzado mucho por hacerme sonreír estas semanas y que además no supiese que era él, y vaya si no lo supe. Todos los días que tenía un regalo iba a enseñárselo a él, y él siempre me decía "Que envidia me das!" y resulta que había sido él todo el tiempo. Después de descubrir todos los Secret Santa, tocó abrir el último regalo, y el mío tiene historia: en banda estábamos cantando Hey Baby, y yo justo después tengo química, con Trevor, por lo que un día empecé a cantar "Hey, hey baby, I wanna know, if you'll be my girl" pero lo canté tan rápido que él me entendió "if you'll be my gorilla", y desde entonces no volvimos a cantar la versión original. Ahí está el significado de mi último regalo.



Al salir de clase, Emily vino a mi taquilla y me trajo dulces de navidad hechos por ella. Están riquísimos, de verdad, de hecho uno de los tarros ya me lo he terminado..

Esa noche teníamos Pep Band, ya que jugaban los dos equipos Varsity (chicos y chicas) contra Reading. Las chicas perdieron casi tan mal como nosotras, pero los chicos palizaron a Reading. ¡Tenemos un equipazo! Me encantó el partido, fue la primera vez en mi vida que me gustó el baloncesto, y es que son realmente buenos, de verdad.

El sábado por la mañana madrugamos para ir a llenar cajas con comida para gente que no tiene medios y necesita esa comida durante navidad. Estuvimos dos horas y llenamos, junto con otros voluntarios, 800 cajas. Incluso teniendo que madrugar un sábado, sienta bien saber que estás ayudando a alguien. 
A la una del mediodía nos subimos al coche rumbo Lansing. Olivia tenía una cita en una tienda para comprar unos zapatos de ballet y yo dormí las dos horas de camino y la hora que ella estuvo en la tienda. Después de eso, fuimos a cenar a un restaurante italiano en el que comí hasta sentirme enferma, porque la comida estaba de muerte, y antes de ir a ver el musical Annie, paramos a hacer unas cuantas compras de navidad.



Tengo entendido que han hecho la película, y tengo muchísimas ganas de verla, pues en el musical casi lloro. Además, las niñas tenían un talento increíble, yo casi no podía ni creérmelo. 
Llegamos a casa a eso de las doce, y me fui directamente a dormir.

El domingo fuimos a misa de diez y media a doce. Fue un servicio especial, y Olivia y yo encendimos la cuarta vela de adviento. Este martes vamos al servicio de navidad y yo voy a leer un pasaje de la Biblia y a cantar Noche de Paz en español. A estos americanos les encanta todo lo diferente, para que mentir.
El resto del día se resumió en ordenar la habitación, falta lle facía, cotillear con Olivia, estar tirada en cama, responder a las preguntas del ask, publicar un vídeo y estar tirada en cama y el sofá a partes iguales. 
Siento mucho no haber tenido ningún relato esta semana, pero si hubiese tenido tiempo a escribir, posiblemente hablaría de una chica viviendo en América cansada hasta el punto de que se queda dormida en las esquinas, nada demasiado interesante como para publicar.
¡Pero ya es Christmas Break! Y aunque sigo teniendo entrenamientos durante las vacaciones, puedo vaguear y dedicarle tiempo al blog, a parte de disfrutar mis primeras navidades americanas.
Os dejo por aquí el segundo vídeo respondiendo a preguntas, y no dudéis en dejarme más tanto en asktwitter, o el mismo blog, así como usando el correo o facebook.
¡Muchos besos!



lunes, 15 de diciembre de 2014

+ 131: Snowball

¡Hola a todos! 
Aquí estamos una semana más escribiendo. Siento decir que de Lunes a viernes no pasó nada demasiado interesante excepto que me quedé dormida en clase de inglés. Fueron cinco minutos, lo prometo, y es que Christmas Break está a la vuelta de la esquina, así que tenemos toneladas de deberes. El lunes mandamos el periódico a imprimir, y como ya os conté en algún post anterior, una página era todo un artículo mío. La verdad es que todo el trabajo, el estrés y las pocas horas de sueño valieron la pena. 
El martes, mi Secret Santa se dejó caer por mi taquilla y me alegró el día con una caja de brownies. ¡Brownies! ¿Quién no va a ser feliz así?


El jueves me encontraba fatal desde primera hora. De hecho, estuviera pensando en no ir a clase, pero era el día que llegaba el periódico y teníamos que entregarlo a los alumnos, así que decidí ir. Creo que ese fue el día que me quedé dormida, y es que no podía con mi alma. Aún así, valió la pena ver el resultado de tantas horas de trabajo.

Mi página en el periódico.

Después de clase y antes de ir a entrenar, fui a comprar todo lo que necesitaba para el partido del viernes, porque nuestros uniformes de baloncesto para jugar en casa son blancos, y digamos que no dejan mucho a la imaginación. En definitiva, necesitaba unas bragas blancas o color carne si no quería que todo el instituto supiese que tipos me gustan.

Y por fin llegó el viernes. Después de entrenar toda la semana dos horas cada día, frustrarme por seguir sin entender mitad de las normas del baloncesto y llegar muerta a casa, tenía el primer partido "oficial". Me moría de nervios, para que mentir, y eso que soy malísima, para que mentir también, pero los que me conocéis, sabéis que me gusta hacerlo bien en todo, y bueno, incluso cuándo me doy de cuenta de que no se me puede dar peor, no puedo evitar querer hacerlo bien.
Al ser el primer partido en casa había bastante gente (nada que me alegrase demasiado) y además la banda estaba allí, es lo que llaman Pep Band, es como Marching Band pero tocan en las gradas para animar al equipo de baloncesto. 
Jugué más de lo que me hubiese gustado, y me encantaría decir que contribuí muchísimo al equipo, pero sería mentiros a vosotros y mentirme a mi misma. La verdad creo que no haya deporte que se me dé peor que baloncesto, pero al menos me gusta y hago deporte para bajar el culo. 
Perdimos, no fue una diferencia muy grande, y jugamos mucho mejor que el primer partido, o eso dijeron. Al terminar, me cambié y fui a unirme a la banda para animar al equipo Varsity, que también perdió.
Y diréis vosotros ¿todos los equipos de baloncesto de tu instituto son malos? ¡Pues no! El equipo de los chicos es realmente bueno y ganaron su primer partido el Lunes. 


Emma, Elisabet y yo después del partido.
Al llegar a casa Dave y yo decidimos ver un episodio de Castle que teníamos grabado porque con la adrenalina iba a ser imposible dormir. Así que a eso de las once estaba en cama durmiendo como una cría, y no me desperté hasta las casi doce del día siguiente. Tenía horas de sueño pendientes, creedme.
¡Era sábado! Snowball, que tanto había estado esperando por el dichoso baile. Pero os voy a decir una cosa, lo que no me pase a mi, no le pasa a nadie, y ahora veréis por qué.
Después de ir a comprar algunas cosas que nos hacían falta para maquillarnos, Olivia y yo empezamos a prepararnos. El chico con el que fui, Logan, venía a buscarme para ir a cenar a eso de las cinco, y yo empecé a prepararme a las tres y media. Hacedme caso, hora y media para un baile americano no es tiempo suficiente. 
Después de intentar rizarme el pelo y hacerme 139841938 tipos de recogidos, Olivia y yo decidimos que casi mejor me lo iba a alisar y listo. En pleno caos, Logan me envió un mensaje diciéndome que no podía conducir, pero que sus padres nos llevaban. ¿La razón? Estaba en el hospital porque creía que se había roto un tobillo. El día del baile. Yo no sabía si reírme o llorar, y le dije que no tenía que venir, que no hacía falta, pero después de que le dijeran que tenía un esguince severo, de que le vendaran el pie y de prepararse, apareció en mi casa con muletas y chocolate. Yo os juro que me sentí fatal por el. Me dio las flores para la muñeca y yo le di la flor para la camisa, si, como veis en las películas, y después de sacar unas cuántas fotos, nos fuimos a cenar, aunque comimos poco, yo por los nervios, y el supongo que por el dolor.








Si la pregunta que os hacéis es si el baile es como en las películas americanas: Si, lo es. Todos vestidos de boda, como digo yo, con los snacks en una esquina, mesas redondas decoradas, un árbol de navidad enorme, los típicos collares y pulseras de plástico de neon y un photocall. Además de bailar con las chicas, fue gracioso intentar bailar con un novato en muletas, parecía un pulpo, os lo juro, pero lo que me reí, no lo sabe nadie. 



Mi director uniéndose al selfie.

Después de llevarle a casa y saludar a sus padres, llegué a casa y me dormí a los 20 minutos: estaba agotada. No se acerca ni de lejos a una buena fiesta gallega, pero el día fue estresante a más no poder.
El domingo no pude levantarme para a ir a misa, y la verdad necesitaba estar despierta para el concierto de navidad de la banda. 
Hora y media de concierto y hora y media para prepararlo todo. El día después de Snowball. La verdad todavía no he conseguido ninguna foto, y había bastante gente, así que la única que os puedo enseñar es mi selfie antes de tocar, y viendo mi cara, entenderéis mis niveles de cansancio.


¡Y eso es todo por esta semana! Esta que entra no va a ser tan movidita, pero lo de dormir siendo la semana anterior a las vacaciones lo veo complicado. 
Como me siguen llegando preguntas al ask intentaré hacer otro vídeo para este miércoles y publicar un relato sobre el jueves, pero todo depende de las prácticas, los partidos y los deberes.

¡Muchísimas gracias por leerme cada semana! 






miércoles, 10 de diciembre de 2014

¡Primer vídeo respondiendo preguntas!

Siento mucho la mala calidad del vídeo y la mala luz, pero con los deberes y los entrenamientos, sólo puedo grabar de noche.
Si hay suficientes preguntas, haré un vídeo por semana, así que no dudéis en dejar comentarios, preguntar en mi ask, mi twitter o por correo electrónico.
¡Un beso desde Míchigan!



lunes, 8 de diciembre de 2014

+124: Para encontrar una ciudad, te tienes que perder en ella: ¡Chicago!

¡Hola a todos!
Cómo ya he adelantado en las redes sociales, y como el propio título dice, esta semana el post está básicamente dedicado al viaje que hice con mi local coordinator y otros estudiantes de intercambio a Chicago, en Illinois. No me voy a enrollar mucho más (por primera vez desde que tengo este blog) pues también pasaron cosas antes de subirme al coche para visitar The Windy City, como es conocida.

El lunes tuve mi tercera práctica de baloncesto y justo antes del entrenamiento fui a una fiesta que organizaron para los estudiantes de intercambio del condado en el que vivo. No pude estar mucho, pero había al menos veinte chicos y chicas, y todos pudimos hablar sobre como estaban yendo las cosas en América.

 El martes tuve mi primer partido. Si, América es el lugar en el que entrenas dos días con tu equipo y ya juegas un partido. O tal vez es mi entrenadora, a la que la tercera vez que me dijo de entrar a jugar, ya le dije yo que "no, gracias, prefiero esperar al siguiente partido". Perdimos por muchísimo, la verdad no me acuerdo del resultado, pero muchísimo. La verdad es que era de esperar, jugábamos contra Coldwater High School, que es tres veces nuestro tamaño y está en dos divisiones superiores a la nuestra. Aún así me lo pasé en grande, y la verdad me está gustando muchísimo este deporte, algo no esperado.
Después de jugar vimos el partido de las chicas del equipo varsity, que también jugaron contra Coldwater, y también perdieron, pero es genial verlas jugar.
Algo que me ha llamado la atención de baloncesto es que tenemos que ir "bien" vestidas al instituto, y pongo "bien" porque no sé como definir "no usar vaqueros, ni sudaderas, ni nada por el estilo".

Con Emma cenando antes del partido.
Yo no sé si es porque no estoy acostumbrada al los músculos que tengo que usar en este nuevo deporte, porque estuve sin hacer nada casi un mes, o porque mi cuerpo ya no puede vivir sin diez horas de sueño, pero el miércoles estaba casi literalmente muerta. Desde primera hora, estuve quedándome (¡casi!) dormida en las clases, y de verdad, no me sentía con fuerzas de entrenar. Pero todo cambió cuándo en tercera hora llamaron a clase para que fuese a la oficina. Cuándo llegué, la chica que está allí me dijo que mi Secret Santa había llegado. El Secret Santa es un juego que estamos haciendo en periodismo y es lo que todos conocemos como Amigo Secreto. No me pudo parecer más original, y sin duda me dio las energías que necesitaba para lo que me quedaba de día con ese batido de fresa.


El jueves yo ya, definitivamente, no podía con mi vida, y menos cuándo vi todo lo que tenía que hacer de deberes por irme el viernes a Chicago. Os juro que me ahogué en un vaso de agua, y ahora lo veo, pero se me vino todo encima, y bueno, qué se le va a hacer. Al llegar a casa después de entrenar hice la maleta, me di una ducha, y volví a mirar los sitios que me gustaría visitar ese fin de semana.

Y por fin llegó el ansiado viernes. Salimos de Reading, dónde vive mi local coordinator a eso de las nueve de la mañana, y llegamos a Chicago a las doce y media, una del mediodía. Después de dejar las maletas en el hotel nos fuimos al Millennium Park, dónde está el famoso Cloud Gate, más conocido como The Bean y también The Crown Fountain, pero esta vez, sin agua.

Belén, Luiza, Aleksandra y yo.



The Bean

Con Alex en The Bean

Con Alex en The Bean.


Con la pista de patinaje detrás.
Después de la sesión de fotos, caminamos por la ciudad para ir al restaurante que sirve las mejores tortitas que he comido en mi vida. Un poco caro y tener que esperar una cola terrible fuera del local fue el precio que tuvimos que pagar, pero mereció la pena.



Alguien dijo alguna vez que con el estómago lleno todo se lleva mejor, y es verdad. Después de esa exquisita comida, nos fuimos de compras y a ver la ciudad al mismo tiempo. Creo que las fotos van a hablar por si solas, y es que me he enamorado de Chicago, al igual que lo hice en su día de New York. A lo de las compras sólo quiero añadir que entré en mi primer Zara americano, y salí casi corriendo. Una chaqueta de cuero 273$ y pantalones vaqueros no bajando de los 70$. ¿Desde cuándo Zara tiene esos precios? Supongo que no me puedo quejar, su fundador me está pagando mi estancia aquí...









A las seis fuimos al hotel a la reunión que nos tenía preparada CIEE, nuestra organización: normas, cena y las pocas instrucciones que teníamos que seguir. A partir de ese momento fuimos literalmente libres. Pudimos hacer lo que quisimos cumpliendo sólo tres requisitos: estar en el hotel a las diez de la noche, grupos de más de tres personas y usar solamente transporte público. Así que hasta las diez, estuvimos de nuevo en Michigan Av. dónde están todas las tiendas de Chicago y fuimos también a un mercado alemán en el que había todo tipo de productos hechos a mano.
















Al día siguiente nos levantamos a eso de las ocho, desayunamos y a las diez nos dirigíamos todo el grupo de CIEE a The Bean para sacar una foto grupal.


Después, nos fuimos al 360 Chicago, que yo definiría como el Empire State Building de Chicago, con la novedad de que pagando cuatro dólares te dejan mirando el suelo desde un piso 94. Una vez allí tienes las mejores vistas de la ciudad, del Lago Míchigan e incluso de las afueras de Chicago.

Foto grupal de CIEE





Salimos del 360 Chicago a eso de las doce, y nos fuimos directamente a "patear" Michigan Av. Entre foto y foto, tuvimos tiempo a hacer algunas compras, entrar en la tienda de Nike más increíble que vi en mi vida y entrar en el primer Hard Rock Hotel que conozco.






Después de estar dos horas caminando los "I'm starving" empezaron a sonar, así que yo, con mi todo mi arte de socializar con gente a la que no conozco, paré a un señor por la calle para preguntarle dónde podíamos comer algo típico de Chicago. Las caras de mis compañeras fueron un poema cuándo el señor no sólo nos recomendó un sitio famoso, en que se basa un skit de Saturday Night Live, sino que nos acompañó allí, porque iba a comer con su mujer y unos amigos. La taberna tiene telita, como diríamos en Galicia, pues los camareros actúan tal cual en el show, lo único que puedes pedir es una hamburguesa, patatas de bolsa y bebida, y para terminar, está en un subterráneo. La verdad creo que fue de las mejores experiencias que tuve desde que estoy aquí, de verdad.

Esta es la frase famosa que Billy Goat dijo en el skit
y por la cual esta taberna es famosa. También es la razón
por la cual lo único que puedes pedir es una cheesburger, coke 
y patatas fritas de bolsa.






Después de eso cogimos varios buses (¡si, transporte público!) para ir al Musseum of Science and Industry. No solo es increíble y enorme (dicen que tardarías al menos tres días en verlo todo) sino que al llegar a la última hora y media, el precio del ticket era la mitad. Así que vimos el museo por $9 y el especial de este año, que tiene mucho que ver con mi proyecto Maxia Viaxeira (del cual os adelanto que en breves tendréis nuevas fotos) pues se llama Share the Magic.













Después de eso cogimos otros cuántos buses para buscar el Hard Rock Cafe, porque yo no me podía ir de esta ciudad sin mi camiseta.
Una hora y media buscando, sin contar los 20 minutos que nos llevó llegar a la calle más cercana en bus. Una hora y media escuchando a gente contradecirse. ¿Y para qué? Para llegar allí y que sólo la tienda esté abierta porque alguien alquiló el local para una fiesta privada. Yo ya no sabía si reír o llorar, así que me decanté por reírme porque con el frío que hacía, al igual las lágrimas no se me congelaban.

De camino a una pizzería que habíamos visto mientras buscábamos el Hard Rock, pudimos disfrutar de lo bonito que es Chicago de noche, porque os juro que cuándo todas las luces de la calle se encienden, te sientes como en una auténtica película.





De vuelta al hotel (en bus, como no) paramos en el metro porque una de las chicas quería sacarse una foto, y yo aproveché para fotografiar a una chica leyendo en la parada de la biblioteca, porque simplemente me pareció precioso.


Por cierto, como ya sabéis me encanta hablar, así que no tuvimos que pagar para acceder al metro porque nos pusimos a hablar con la chica de seguridad, la cual me dijo que le encantaba mi cámara.

Y llegó el domingo y nuestras pocas ganas de irnos de una ciudad que no nos dio demasiado tiempo a conocer. Después de despertarme porque un calcetín me hacía daño (historia que algunos ya escucharon), desayunamos y fuimos a dar un último paseo por the windy city, sacar las últimas fotos y comprar algunas postales.


La biblioteca.

La entrada del hotel.
Y eso es todo. Al llegar a casa ayudé a decorar el árbol de navidad, pero no tengo fotos todavía. Tengo una tonelada de deberes por terminar, pero la verdad quería contaros todo hoy, pues el Blogging Sunday es sagrado. También os quería comentar que esta semana haré un vídeo contestando a preguntas que hicisteis en mi ask, así que cuántas más, mejor. El sábado que viene es Snowball, y yo ya tengo todo más que listo, ¡los nervios también! Nos vemos en el relato de esta semana.