Hacer un análisis de todo un año es agridulce. Resulta imposible tener un año repleto de cosas buenas y nada malo, o viceversa. Puede que al final la balanza vaya más para un lado que para otro, pero siempre tienes experiencias en ambos extremos.
Yo voy a empezar por lo agrio, porque me gusta quedarme con buen sabor de boca.
Este año se llevó consigo a Duque, o para ser realistas, se lo llevó un coche. Creo que pocas personas sintieron el mismo dolor que yo, que todavía recuerdo cuándo lo dejaron en una cajita en casa de mis abuelos y el cabía en mis manos. Fue un gran amigo, y como mi padre decía, no era el más listo, pero tenía un corazón que no sé como le cabía en el pecho. Ojalá yo hubiese sido tan buena amiga como él lo fue para mi.
Supongo que cuándo alguien querido nos deja siempre decimos lo mismo...pero ojalá hubiese disfrutado de más tiempo con él, porque ahora ya nada puede devolvérmelo.
Este año también he sentido la falta de algunos amigos que por diferentes motivos no estuvieron presentes como en años anteriores. Siempre me demostraron que estaban ahí, no lo he dudado ni un sólo instante, pero siempre se echa de menos hablar cara a cara, un abrazo los lunes por la mañana...esa clase de cosas que WhatsApp no puede darnos.
Gente que decidió irse, con razón o sin ella, pero que ya no quisieron formar parte de mi más tiempo, esa gente también ha marcado este año. Rober Braul dijo que la vida se vuelve mucho más fácil cuándo aprendes a aceptar una disculpa que nunca has recibido, y cuánta razón tiene. A veces no recibimos esa disculpa porque no la merecemos, pero entonces tenemos que perdonarnos a nosotros mismos. La pérdida es el castigo en un principio, y la recompensa al fina.
Pero este año, lo bueno ha vencido, y por goleada.
Supongo que es justo empezar diciendo que en mi familia, a pesar de ser polos opuestos repeliéndose a todas horas, las sonrisas, la comprensión y el amor nos ha hecho superar de todo juntos. No sé que haría sin ellos, por mucho que al leer esto digan que soy una peliculera, os juro que no sé que sería de mi sin ellos. Ojalá nunca tenga que saberlo.
Este año ha sido el último en mi instituto de toda la vida, con mis amigos de toda la vida, con profesores que terminaron siendo amigos de toda la vida.. Me encuentro a mi misma muchas veces echando la vista atrás y es doloroso darse cuenta de que jamás volveremos a estar en el mismo grupo juntos. Lo dije una vez y lo vuelvo a repetir: han sido los mejores años de mi vida porque han sido con vosotros.
Sin duda, ser becada por las fundaciones Barrie de la Maza y Amancio Ortega condicionó este año desde el principio. No sólo porque iba a vivir mi sueño gracias a mi esfuerzo, sino porque he conocido a personas ue me quedan para toda la vida. No, todavía no estoy hablando de la gente que he conocido aquí, sino de becados con los que estoy compartiendo esta experiencia de crecer en un país totalmente diferente. Y para diferente nuestro grupo, que tenemos de todos menos al pato de Mixta. Gracias por tanto, chicos.
Este año trajo consigo al mejor verano de mi vida. Si lo viviste conmigo y estás leyendo esto, sabes a que me refiero y estarás sonriendo o riéndote. Posiblemente la segunda. Muchísimas gracias a mis padres por la paciencia y la confianza, y aún más gracias a los que lo vivisteis conmigo. La fiesta sin vosotros sería como las hamburguesas sin ketchup. O peor. (Por cierto, pal año más y mejor!)
Con el 2014 recuperé a personas que creía perdidas y llegaron nuevas que espero que se queden durante muchos más años.
Sin duda, fue un año de despedidas y bienvenidas, y las más grandes empezaron en agosto, cuándo me vine a USA, a conocer a mi segunda familia, perfeccionar mi tercer idioma y sobre todo, crecer como persona. No es todo de color de rosas, pero no pasa nada, en Wallmart hay pintura y pinceles a un precio muy asequible.
Recuerdo hace años ir llorando a la habitación de mis padres diciéndoles que no quería que se acabase el año. Sigo siendo una niña, pero ya no lloro por el fin del año, porque así tiene que ser. Se ha llevado cosas buenas, pero con él también dejo atrás algunas que no necesitaba en mi vida más tiempo.
Y no me olvido, este año he revivido este blog, que cuido como a mi pequeño tesoro, y vosotros que me leeis, también formáis parte de este año que dejo atrás, y espero que forméis parte de los muchos que quedan.
Gracias por un año lleno de cosas increíbles, gracias también por las malas, no hay otra forma de aprender. Gracias.
¡FELIZ 2015!
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