martes, 30 de septiembre de 2014

+55: those who don't believe in magic will never find it.

"O que nunca estivo lonxe
non sabe o que é padecer,
de lonxe as penas aumentan
para quen sabe querer."

- Rosalía de Castro.

No podía si no empezar con esas palabras de Rosalía, pues sólo ella sabe como definir la verdader morriña. Cómo explicarle a alguien que no es gallego lo que morriña quiere decir, cómo contarle que va más allá de echar de menos a alguien o algo, que morriña es querer tener a tu lado lo que siempre llevaste dentro. Sinceramente, no siento que yo pueda definirla, por eso dejo que Rosalía hable por mi.
¡Morriña! Pero para nada ganas de volver. Ya me he acostumbrado a la vida frenética aquí, a las toneladas de deberes, a las mismas clases todos los días, los entrenamientos de dos horas y los selfies a cualquier hora, porque si algo me ha quedado claro, es que nunca es mal momento para tomar un selfie. 
Hablemos de la semana en general.
De lunes a viernes, como ya os he contado más veces, a las siete en pie para ir a clase, tres horas de clase seguidas, media hora para tomar el lunch, otras tres horas, y entrenamiento.
Lo peor de esta semana fue el martes. Era la primera carrera importante, competíamos los equipos del Big 8, la conferencia en la que está mi High School, y mitad del equipo estaba lesionado, entre las que me incluyo, pero, cabezona como soy, decidí correr. Era otra vez el circuito que se basa en todo colinas, así que ya os podéis imaginar como terminé. Cuándo terminé, ya sabía que no iba a volver a correr en unos cuántos días, porque os aseguro que no podía ni caminar normal. Pero como siempre digo, ¡cosas de corredores! Sin duda alguna, lo mejor fue la ida y la vuelta en bus hablando con las chicas, no sabéis lo feliz que me hace este equipo.

Yo, Elisabet, Madde y Meri.
El resto de la semana ni se me ocurrió correr, pues las piernas me dolían incluso estando sentada, así que durante los entrenamientos, estuve haciendo ejercicios para fortalecer las piernas, haciendo lo de la máquina con calambres que ya os conté, y hablando con el resto del equipo que estaba lesionado.
El viernes las cosas cambiaron, pues cogimos unas tijeras del tamaño de mis brazos y nos fuimos al bosque en el que se corre la tercera carrera del Big 8 , que está justo al lado de mi instituto. Nos dividimos en equipos y estuvimos "arreglando" el circuito. En mi grupo estábamos Elisabet (la estudiante de intercambio danesa), yo y tres chicas de aquí, y aprovecharon para preguntarnos por costumbres tanto danesas como españolas. Teníais que vernos las caras a Elisabet y a mi cuándo nos contaron que su primera fiesta de verdad era a los 21, ya que nosotras las llevamos disfrutando ya unos años. Después de contarles como eran nuestras fiestas, sus palabras fueron "Quiero viajar a vuestros países", y no me extraña.
Después de terminar de arreglar el circuito de la carrera, Dave vino a buscarnos para recoger las maletas en casa, pues nos íbamos a pasar el fin de semana a Port Huron , pues la hermana de Deb acababa de comprar una cabaña al lado del lago y nos invitaban a pasar unos días allí. 
¡Es precioso! Y el tiempo fue el ingrediente final para que fuese el fin de semana perfecto. Estábamos tan cerca de Canadá que mi móvil pillaba la torre de telefonía canadiense, así que estuve todo el fin de semana prácticamente incomunicada, pero de verdad que no me importó.
El sábado cenamos con toda la familia de Deb, y vimos juntos el partido de Michigan contra Minnesota, aunque, como dijo Dave, hubiese sido mejor apagar la tele, pues jugaron bastante mal. 
El sábado antes de comer, fuimos a Downtown, que es el centro del pueblo, y vimos el puente que une Estados Unidos con Canadá. Como ya os dije, es precioso, pero aquí os dejo algunas fotos.
Vistas desde la cabaña







Al otro lado, Canada.

Olivia, yo, Dave y Deb.


Al otro lado, Canada.




Y justo cuándo íbamos a subirnos al coche en busca de un helado, Dave me dijo "Hey, ¿no tendrías que sacar una foto con tu as?". La magia del lugar casi me hace olvidar que tendría que fotografiarla, no me odies mucho, Álex, espero que lo entiendas, y que veas que el As de corazones ya es uno más de la familia.

Maxia viaxeira, Port Huron, Michigan, USA.

Maxia viaxeira, Port Huron, Michigan, USA.

El domingo madrugamos para irnos, pues teníamos que estar en el instituto a las tres. ¿La razón? ¡Homecoming week! Si os digo la verdad, es mejor que en las películas. Nos pasamos dos horas decorando los pasillos, y después había juegos y una hoguera. Yo no pude quedarme a la hoguera porque tenía ensayo con el color guard (las banderas) pero estuvimos preparando Thriller para la actuación con la banda en Homecoming, y sólo os adelantaré, pues espero que alguien nos grabe, que yo acabo tirada en el suelo como si estuviese muerta. Si, ya veis, ni en América sé dejar de dar el cante.
Aquí os dejo unas cuántas fotos de los pasillos y las taquillas. Si os preguntáis por qué la mía es diferente a la del resto de los Juniors, es porque oficialmente soy Senior, pero como tengo clases de Junior, mi taquilla está en su pasillo.



Pasillo de los Juniors

Pasillo de los Juniors

Pasillo de los Seniors.

Homecoming is here!

Ventana de los Seniors


Con Emily
Con Emily
Como podéis leer en la primera foto, cada día de la semana tenemos algo diferente para vestirnos, y el viernes, a parte del partido contra Reading, nuestro archienemigo y la performance con la banda, ¡es el primer baile! Ya me avisaron que en Quincy el primer baile formal no es Homecoming, sino Snowball, que es en diciembre, pero aún así me hace mucha ilusión ir.
Ya veis, todo sigue igual de bien o incluso mejor, y es que este país no deja de sorprenderme. Espero tener muchas cosas  que contaros la semana que viene a cerca de mi primer y último Homecoming. Gracias de nuevo por cada comentario, por compartir el enlace en vuestras redes sociales y por hablarme siempre que podéis para decirme que os parecen tanto estas entradas informativas como los relatos entre semana.
Echo de menos mi querida Galica, echo de menos a mi gente, pero este es el primer sueño de mi larga lista, y os juro que no quiero despertarme.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Prosa a un poeta.

Que no, que no es exagerado decir que me caso con quien me lleve a uno de tus conciertos.
Tu, tan sabio, tan canalla aunque ya te aburra que te lo digan, tan sincero. Tus letras, que son lo que le hacían falta a mi corazón desbocado, tu voz rasgada a causa de todos esos vicios prohibidos de los que hiciste tu día a día, de ella, yo hice mi mejor rutina en mis semanas grises, y  mi himno fueron tus letras en mis 19 días y 500 noches de olvido, mi lugar a donde huir cuándo no quedaban islas para naufragar.
Tu, aprendiz de todos y maestro de nadie, pero ¿qué mejor maestro que el que ha vivido lo que cuenta? 
Contigo he aprendido que, a menudo, los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después y que solo calan aquellos que no has dado, que es una obscenidad decir que no te falta de nada en un mundo en el que a mucha gente le falta de todo.
Nos dijiste que los amores eternos duran lo que dura el corto invierno, lo que me lleva a pensar que el amor no existe, pero que la pasión no se acaba en el mundo mientras sigan sonando tus canciones.
Tus más de trescientas, que las conozco todas, o casi, desde que soy una niña y mi padre decidió enseñarme desde pequeña lo que era la buena música. Me recuerdo cantándote sin tener mucha idea de lo que realmente estaba diciendo, y ahora, años después, te escucho y canto contigo, ya consciente de todas las lecciones que enfrascan tus letras.
Como tu cantas, que las verdades no tengan complejos, y tu, a la hora de hablar, no tienes un solo pelo en la lengua, pero afortunados aquellos que reciben tu crítica, pues la reciben de alguien que sabiendo que a veces va en contra de lo correcto, lo admite, pero no lo cambia. Y que increíble es ir en contra de lo correcto, ¿verdad? Al igual que no tener coche para tener la buena excusa de ir andando a cualquier sitio, al igual que tener la barra libre en casa.
Tu, poeta al que le dio por cantar, que bien te salió la jugada... pero ya no escribes para vender, y por eso vendes.
Hombre sin rutinas que canta al desamor, pero que asegura que su Jime le salvó la vida. Que tu no te vas de gira sin ella, que yo no me caso si no me cantan una de las tuyas.

By: Fadi Houmani

domingo, 21 de septiembre de 2014

47: having two homes.

¡Parad el tiempo!
Es lo único que puedo decir si me paro a pensar en los días que llevo aquí: cuarenta y siete. ¿Qué le habéis hecho al reloj? Las manecillas no deberían correr tanto, o si, no lo sé. Tengo sentimientos encontrados respecto a que el tiempo vuele, y es que quiere decir que cada día falta menos para volver a veros, pero también quiere decir que mi sueño está un poco más cerca de llegar a su fin. ¿Qué hago hablando de llegar a su fin si todavía me falta mucho por vivir aquí? Creo que tengo que dejar de pensar un poco, a veces no es algo bueno...
Una semana más y muchas cosas que contar, como siempre, empezando por recordaros a aquellos que estén interesados en vivir esta experiencia, ya se sabe cuando se abre el plazo de inscripción para la VI Edición de las Becas High School! Será del 3 de octubre al 17 de noviembre de 2014, y para más información, simplemente clickad en el siguiente enlace Becas High School . Espero que os animéis, y cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en dejarme un comentario o, directamente, dirigiros a mi por correo electrónico o cualquiera de las redes sociales.
Sigamos por decir que América intenta matarme. ¡De verdad! Estoy sufriendo mi primera gripe en tierras americanas, y os aseguro que con el ritmo de vida que llevo aquí, no se puede compaginar, pero ¿quién me iba a decir a mi que en septiembre íbamos a estar a 5ºC un día y al día siguiente volveríamos a los 30 con un solazo digno de los mejores días de agosto? "El clima de Míchigan" es lo que me dicen todos, y es lo que me toca aprender a querer.

Mi lunes fue un día normal, lunes, al fin y al cabo, y con eso quiero decir que el fin de semana me sabe a poco. Los síntomas de la gripe que se me venía encima empezaban a aflorar, y el cansancio acumulado me hacía parecer un muerto viviente andando por los pasillos del Quincy High School . Eso si, muerto viviente siempre sonriente, y no es por por la rima, si no porque creo que desde que estoy aquí, he perdido mi sonrisa permanente contadas veces.

El martes me levanté con el pié izquierdo, o tal vez con el derecho, pero el caso es que mi despertador no sonó y me desperté veinte minutos más tarde de mi hora habitual, lo que quiere decir que mi desayuno fue escaso, y teniendo en cuenta de que desde que estoy aquí como tres veces más de lo que solía comer.. digamos que me pareció digno de comentarlo en el coche de camino al instituto. Casi llego tarde a mi primera clase, lo que ya me quería dejar claro que no era mi día. Pero, como digo siempre, las mejores cosas son esas que no te esperas, y cuándo fui a mi taquilla a coger mis libros para mi clase de Pre-AP English, me encontré una nota que decía: Estela, I thought the milk would help since you got up late - Host mom. Y junto con esa nota, mi batido de fresa favorito.
Os juro que tuve que contenerme para no buscar a mi host mom y abrazarla. El resto del día fue bastante bien, y esa tarde adelanté mis deberes del jueves, pues el miércoles no íbamos a pisar nuestra querida casa hasta cerca de las doce de la noche...



¿La razón? La performance con la Marching Band en el Chelsea Invitational. El día se me pasó volando, tal vez porque no estaba segura de si quería que llegasen las 3:30 para coger el bus camino a un estadio en el que cientos de personas iban a estar observándonos. No creo que pudiera estar más nerviosa, y me parece que todo el mundo lo notaba, pero siempre piensan que soy so cute , así que no es nada malo.
Digamos que la actuación fue genial a rasgos generales. Digamos que lo fue exceptuando que en la primera canción pisé la bandera y durante diez segundos no pude moverme. Digamos que prefiero olvidar ese momento, y simplemente decir que en la grabación no se notó demasiado.
¿Patosa? ¿Yo? ¡Jamás! Pero ya sabéis que no sé pasar desapercibida..
Pese a que disfruté muchísimo actuando, lo mejor de la noche, sin duda, fue ver las performance de las bandas grandes. ¡Son  i n c r e í b l e s! Si podéis, mirad algún vídeo en youtube de marching bands como la de la universidad de Míchigan. Son alucinantes, de verdad. No puedo esperar al siguiente invitational para volver a disfrutar como una enana.

Oriole Marching Band



Oriole Marching Band (soy la que está en el 0 del 50)

Color Guard

Oriole Marching Band

Meri, Olivia y yo esperando para comprar comida.
Olivia, Emily, Meri y yo.

Meri, Emily, Olivia y yo.

Chelsea stadium





Del jueves sólo puedo destacar tres cosas: el cansancio y la gripe estaban acabando conmigo, tuve que volver a disfrutar de mi querida máquina de hielo con calambres, y, la mejor y más importante: ¡primera reunión del primer Book Club del Quincy HS! Ya veis que no puedo estar en más cosas a la vez, pero cuándo lo anunciaron, supe que no podía dejar pasar la oportunidad. Tiene muy buena pinta, y realmente creo que va a ser genial reunirnos cada seis semanas y comentar el mismo libro, no puedo esperar a contaros más detalles.

El viernes fue el mejor día de la semana con diferencia. Mis clases no fueron demasiado pesadas, creo que había sido una semana larga para todos, tanto profesores como alumnos, así que no lo pasé demasiado mal. Quiero contaros que América es ese país en el que tu profesor de química coge una botella de agua y se la tira encima a un alumno mientras este corre desesperado intentando librarse. Si, mi profesor de química, también mi entrenador de cross country es así, tan espontáneo, tan natural. Ya que menciono cross country, ese mismo día tuvimos la sesión de fotos de nuevo, pero esta vez nos harán un montaje y..bueno, ya veréis, yo no puedo esperar a saber como quedaron! Después de la sesión de fotos, y mis 20 minutos en la máquina del dolor llegó el momento más increíble del día: Ice Bucket Challenge de todo el equipo. Y os estaréis preguntando, ¿qué cubo puede cubrir a 20 adolescentes? No, amigos, no hay cubo de tal tamaño, pero aquí dijeron, "Pues llevamos un tractor" Dicho y hecho. Con 7 personas grabándonos y más de 20 disfrutando del espectáculo, el equipo de cross country del Quincy HS acabó complemente empapado, exceptuando a nuestro entrenador, que fue más listo que todos nosotros y se colocó en la última fila y el agua casi no le tocó.



Nos cambiamos de ropa y fuimos todos a casa de Meri, pues era la cena de equipo antes de la carrera del sábado. Las cenas de equipo siempre son increíbles, nos reímos, la comida (siempre pasta) está buenísima, sacamos fotos... y es que compartir la sensación de estar muriéndote al final de un entrenamiento une a las personas, que os lo digo yo.

Alemania-España-Dinamarca>> USA

Elisabet, Emily, yo, Haley, Olivia, Gabby, Meri, Katie
Claire, Haley, Madde, Britni, Kim.


Creo que esta foto no necesita presentación

Lo que acabamos llamando abrazo internacional.



El sábado me desperté a las 7 de la mañana, con casi 40 de fiebre y sin ganas de ir a correr, pero era lo que tocaba. Pese a no poder respirar bien por culpa de la gripe, a las 11:45 estaba en la línea de salida con el resto del equipo animándome, pues era la única de mi categoría que iba a correr, y prometiéndole a mi entrenador que no me lesionaría para el martes.
Y no pude, mis pulmones me gritaban que parase y no pude más que hacerles caso entre la primera y la segunda milla. Me asusté mucho al no poder respirar y, bueno, menudo espectáculo por culpa de una gripe de nada. No me siento nada orgullosa de haber tenido que abandonar, pero mi cuerpo pedía con urgencia descanso, y yo le exigí demasiado, admitir las verdades a veces es necesario. Con todo el equipo tratándome como si estuviese muriéndome (y eso se acercaba bastante a como me sentía) esperamos hasta que dieron los premios y volvimos a casa.
Una vez en casa, me fui a mi habitación e hice skype con mis padres y con Carba hasta que me llamaron para cenar, y ahí llegó la sorpresa: había preparado brownies porque me habían notado triste.
Y este es el momento en el que sabes que ya empiezas a tener otra familia, y eso te hace sentir protegido. Después de cenar, Dave, Olivia y yo jugamos al Progressive Rummy, un juego de cartas en el que vas subiendo de nivel, y , tal vez gracias a la conocida como suerte del principiante les gané. Mejor dicho, les dejé impresionados pues fue según ellos la partida más rápida que han jugado. Supongo que la suerte quiso ponerse de mi parte.


Estar a 6710 km de casa y con solamente nueve meses más para disfrutar del año de tu vida te hace dejar de pensar y simplemente disfrutar, y no sabéis lo increíble que es dejarse llevar.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Relato 4: Give me your forever.

¡Te quiero hasta más que infinito!
Jamás escuché a la pequeña Noa decirlo, pero no me cuesta imaginarla, tan llena de vida, tan rebosante de felicidad, tan terremoto.
Bendita infancia, y junto a ella la inocencia y la simplicidad de las cosas. Ojalá pudiese ser niña otra vez y decirte "¡te quiero hasta más que infinito!", porque es verdad, es lo mucho que te quiero, o incluso puede que sea menos de lo que realmente siento por ti.
Que imbéciles somos los adolescentes...pero supongo que todo adolescente, para serlo, tiene como requisito indispensable ser imbécil al menos un par de días a la semana.
¿¡Pero que digo!? Un par de horas al día como mínimo.
Siempre nos empeñamos en buscar el amor en personas que conocemos tal vez por casualidad, tal vez por cosas del destino, y no paramos hasta que conseguimos que todo sea como hemos visto en las películas. Tanto esfuerzo para que al cabo de meses, o, si tienes suerte años, ese amor pase a ser simplemente cariño (o ni eso) y acabes hundida en un mar de lágrimas, porque como cantaba Ben Harper, los "para siempre" parecen estar presentes cuándo las cosas empiezan, pero nunca están presentes cuándo llegan a su fin. Ya no sé si referirme a nosotros como imbéciles o como masocas. Que forma de perder el tiempo, ¡y la vida! Posiblemente, dos de las únicas cosas que ni siquiera la ciencia ha conseguido recuperar.
Pero yo he sido una niña con suerte, pues te cruzaste en mi camino, y mentiría si dijese que desde el principio fue para quedarte, porque si hace unos años llegan a decirme que encontraría en ti mi tierra firme, les respondería que antes prefiero vivir en un bote a la deriva.
Las vueltas que da la vida, que a día de hoy no sé lo que es ser sin ti, sin tus bailoteos a las cinco de la mañana, sin tus chistes con poca gracia. Pero tú no lo sabes: eres gracioso sin ni siquiera pretender serlo.
Que de ti, me gustan hasta las promesas sin cumplir, los besos que todavía no te he dado y todos los momentos que no hemos vivido. ¡Que hacer hoy por hoy sin tu sonrisa irónica y sin esa cara de imbécil que pones cuándo te ríes de mi!
Me pregunto que sería de mi sin ti y todas tus lecciones sin libro ni apuntes, ya que en parte, soy quien soy porque tu eres parte de mi.
Lo he aprendido todo contigo (o casi todo, no vamos a exagerar). He aprendido a querer y a olvidar, a reírme de las penas y a llorar por quien de verdad merece la pena.
Me queda mucho por aprender, pero si algo tengo claro es que la vida es mejor porque tu estás en ella, que nada es imposible si tu me haces rabiar y que el hogar no es un lugar, si no una persona, y el mío está entre tus brazos. Regálame tu para siempre, el mío ya es todo tuyo.
¡Te quiero hasta más que infinito! Como diría una niña, y yo te lo digo porque siempre seré tu niña.


By: Fadi Houmani.



lunes, 15 de septiembre de 2014

+40: life is good in the other side of the ocean.

¡Una semana más es una semana menos! Y creo que me gusta más la primera parte, pues empiezo a sentirme realmente a gusto en este país, empiezo a enterarme de todo en las clases y a integrarme en el High School, algo nada fácil, pues aquí ya tienen sus "grupitos" e integrate en alguno es un reto..
No ha sido una semana demasiado emocionante, siento decíroslo, pues una vez empiezan las clases aquí, casi no tenemos tiempo a respirar, así que os contaré como fue la semana en general, y luego ya me iré parando en los acontecimientos importantes.

De lunes a viernes, mi despertador sonó a las 7:03 de la mañana para vestirme, desayunar, preparar el almuerzo y subirme al coche no más tarde de las 7:45. Todos los días, a primera hora me presento en Government con mi cara de muerto viviente y mi sonrisa permanente para repasar cosas que he estudiado en 2º de la ESO, pero en inglés, por lo que tengo que estar atenta al vocabulario. Después de apuntar los deberes, que suelen ser bastantes, corro a mi taquilla y me voy a PDM (pre cálculo), saludo a Sasha, mi amiga rusa, y me paso la hora aprendiendo cosas nuevas, porque como ya os he comentado, tuve la brillante idea de no coger mates fáciles, pero tampoco estoy tan mal en PDM, sólo que tengo que trabajar y siempre nos manda un montón de deberes.
Mi siguiente clase es Pre-AP English, y, sin duda, es una de mis favoritas. Leemos muchísimo y cometamos los libros haciendo análisis detallados por partes, y a pesar de ser una clase avanzada, de nuevo, mi único inconveniente es el vocabulario y los deberes. 
Después es la hora del almuerzo, y Sasha (una estudiante de intercambio rusa) viene a mi taquilla a buscarme, y vamos a la cafetería y nos juntamos con las estudiantes de intercambio de Alemania, que suelen hablar entre ellas en alemán, por lo que no sé mucho de ellas. Me encanta hablar con estudiantes de intercambio, porque tengo la oportunidad de preguntarles por su cultura y compartir la mía, y creo que eso es algo increíble.
Tras esos veinte minutos que me saben a poco, me toca ir a Band, sin duda, una de las clases que más disfruto, pues no deja de recordarme a mis años con la banda en el conservatorio, y los ensayos con las banderas, a pesar de dejarme los brazos sin apenas vida, me encantan.
Al salir de Band, corro a Chemistry, que está en el otro estremo del High School, y que, pese a estar estudiando cosas que se dan en 3º de ESO, tengo dificultades con el idioma, pero la gente de clase es muy simpática conmigo, así que me ayudan siempre que ven en mi cara un signo de interrogación dibujado. Además, cada dos días hacemos un lab, un "experimento", si se le puede llamar así. Pese a que no son grandes cosas, suelo pasármelo en grande, porque cuándo tenemos que esperar para saber algún resultado, suelo aprovechar para contarles cosas de España (cosa que a los americanos les fascina) y así ganarme poco a poco su simpatía.
Y llega mi última clase, y la que más trabajo me da siempre: Publications. Pese a mis increíbles ganas de escribir y dar lo mejor de mi, el hecho de que el inglés no sea mi primera lengua se nota, y eso hace que a veces quiera dejar esta asignatura...pero eso sería demasiado fácil para mi, sería abandonar un reto y, sobre todo, supondría dejar de lado algo que realmente me llena como es escribir. Así que cada día leo más en inglés y trato de mejorar a pasos de gigante, pero hay cosas que llevan su tiempo.
De tres menos cuarto a cinco tengo entrenamiento de cross country, que me da la vida quitándomela, y es que después de cada entrenamiento siento (casi literalmente) mis pulmones y mis piernas gritan (casi literalmente) descanso, y todo eso me recuerda lo viva que estoy, así que me encanta.

El viernes fue un día de locos. Tras haber dormido a penas seis horas el día anterior para terminar mis 17 ejercicios de PDM, el trabajo de Governmente y de Publications, y de estudiar para los tres exámenes que tenía, me presenté en el High School sin ganas de estar despierta durante las muchas horas que me quedaban por delante. A primera hora tenía examen, y creo que me fue bastante bien. A segunda hora tenía PDM, el segundo examen, pero el profesor decidió que no estábamos preparados y nos mandó el examen para hacerlo en casa, por lo que mi cara de  alivio fue considerable. Mi último examen era el de química, y excepto tres preguntas de las casi 30 que eran, creo que todo fue bastante bien. 
Después del entrenamiento de cross country fuimos a casa a por el uniforme de las banderas: primer partido y fotos oficiales con la banda. Podéis imaginarme maquillándome en menos de cinco minutos para taparme las ojeras y parecer humana en las fotos. 
Y como no, después de las oficiales, llegaron las no-oficiales con mi cámara.




Foto semi-oficial

Foto graciosa con las chicas.
Con los nervios a flor de piel al ser mi primera performance con la banda, salí a actuar, y he de decir que lo disfruté muchísimo. En Pre-game tocamos la canción del instituto, el himno nacional y una canción mientras que el comentarista dice todos los nombres y los números de los jugadores del equipo de football, eso es: como en las películas.
Después de la primera parte volvimos a actuar, con nuestro repertorio de Michael Jackson: I want you back, Bad y Beat it. Creo que a la gente realmente le encantó, y yo creo que no di demasiado el cante, excepto cuándo se me enredó la bandera en el sombrero y me quedé literalmente ciega.
El partido estuvo muy empatado, pero finalmente perdimos 26-32 (creo recordar).
Quiero añadir que aquí ha llegado el otoño, o lo que yo llamo el invierno gallego, porque llevo varios días con máximas de 10 grados, y sigo viendo a gente con pantalones cortos, pues para ellos esto no es demasiado frío.





Con Sasha en el partido.
Volvimos a casa a eso de las diez y media de la noche, y nos fuimos directas a cama, pues al día siguiente teníamos una carrera de cross country en Lakeview, y el bus salía a las 7:15 de la mañana.
La carrera, ya de por si prometía, pues llevaba toda la semana entrenando sin ningún tipo de dolor, y eso era un buen síntoma.
Pese a estar a ocho grados centígrados, fue la mejor carrera de mi vida hasta el momento. Bajé mi tiempo casi un minuto de mi mejor marca (hice 24:19) y el equipo Varsity (las siete mejores corredoras del High School) ¡quedamos primeras! Así que tuve muchísimas cosas por las que estar contenta, y hasta el cansancio acumulado de los últimos días me pareció fascinante.




Con Meri, una de las chicas del equipo.


Parte de las chicas del equipo.

Todas las chicas del equipo con el trofeo.
El típico bus americano con el nombre de mi High School.
El resto del sábado me lo pasé leyendo o durmiendo, pues mi cuerpo me pedía una tregua.
El domingo me desperté para ir a misa con Olivia y, después de comer, Dave me llevó a Reading, el pueblo dónde vive mi coordinadora local, pues tenía la primera reunión con otros estudiantes de intercambio. Fue genial compartir dos horas de charla con chicos que se encuentran en la misma situación que yo, lejos de su vida y viviendo su american dream . Creo que encontré a dos chicas con las que puedo llevarme realmente bien a pesar de que vivan un poco lejos y tenemos bastantes cosas programadas para hacer.
Os dejo algunas fotos, aunque la del grupo completo salió borrosa, pero estoy a la espera de que una de las estudiantes me envíe la que sacó ella.




Al llegar a casa hablamos un rato en el salón y Dave y yo fuimos a preparar la cena: lasaña. Las fotos que vais a ver ahora son reales. Si, mamá. Si, Rocío: estoy aprendiendo a cocinar y todavía no he quemado la casa ni se han quedado sin cenar ningún día por mi culpa. No, no es una broma por mucho que parezca gracioso.




Ya veis, la vida por aquí se va asentando. Empiezo a tener una rutina que para nada me aburre, y mi mente cada día piensa más en inglés, algo que me agrada muchísimo. Sigo manteniendo contacto diario con Galicia, pero supongo y casi aseguro que en unas semanas, este blog será lo único que sepáis de mi muchos de vosotros, y es que entre las diferencias horarias, el comienzo del año escolar en España y mi cantidad inhumana de deberes, no tendré mucho tiempo a estar tan pendiente de las redes sociales como hasta el momento.
Pero cada miércoles aquí tendréis un pedacito de mi bajo el nombre de relato, y cada fin de semana, una entrada en la que os iré contando como me va, así que no me perderéis la pista.
Además quiero recordaros que en ningún momento olvido de dónde vengo, y mucho menos quienes habéis hecho que sea quien soy a día de hoy. No olvido y no olvidaré a cada uno de los que habéis confiado en mi, que habéis sido, y sois, el soporte de mis sueños. Es imposible olvidaros, porque sois parte de mi.
Me gusta América, amigos, me gusta porque cada día me sienta mejor.