jueves, 25 de septiembre de 2014

Prosa a un poeta.

Que no, que no es exagerado decir que me caso con quien me lleve a uno de tus conciertos.
Tu, tan sabio, tan canalla aunque ya te aburra que te lo digan, tan sincero. Tus letras, que son lo que le hacían falta a mi corazón desbocado, tu voz rasgada a causa de todos esos vicios prohibidos de los que hiciste tu día a día, de ella, yo hice mi mejor rutina en mis semanas grises, y  mi himno fueron tus letras en mis 19 días y 500 noches de olvido, mi lugar a donde huir cuándo no quedaban islas para naufragar.
Tu, aprendiz de todos y maestro de nadie, pero ¿qué mejor maestro que el que ha vivido lo que cuenta? 
Contigo he aprendido que, a menudo, los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después y que solo calan aquellos que no has dado, que es una obscenidad decir que no te falta de nada en un mundo en el que a mucha gente le falta de todo.
Nos dijiste que los amores eternos duran lo que dura el corto invierno, lo que me lleva a pensar que el amor no existe, pero que la pasión no se acaba en el mundo mientras sigan sonando tus canciones.
Tus más de trescientas, que las conozco todas, o casi, desde que soy una niña y mi padre decidió enseñarme desde pequeña lo que era la buena música. Me recuerdo cantándote sin tener mucha idea de lo que realmente estaba diciendo, y ahora, años después, te escucho y canto contigo, ya consciente de todas las lecciones que enfrascan tus letras.
Como tu cantas, que las verdades no tengan complejos, y tu, a la hora de hablar, no tienes un solo pelo en la lengua, pero afortunados aquellos que reciben tu crítica, pues la reciben de alguien que sabiendo que a veces va en contra de lo correcto, lo admite, pero no lo cambia. Y que increíble es ir en contra de lo correcto, ¿verdad? Al igual que no tener coche para tener la buena excusa de ir andando a cualquier sitio, al igual que tener la barra libre en casa.
Tu, poeta al que le dio por cantar, que bien te salió la jugada... pero ya no escribes para vender, y por eso vendes.
Hombre sin rutinas que canta al desamor, pero que asegura que su Jime le salvó la vida. Que tu no te vas de gira sin ella, que yo no me caso si no me cantan una de las tuyas.

By: Fadi Houmani

2 comentarios:

  1. Que fácil che resulta plasmar o que moitos sentimos. ....

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