lunes, 5 de enero de 2015

+152: South Carolina

¡Aquí está esta entrada que tanto me habéis estado pidiendo! Antes de contaros como me fue esta última semana por mis más que queridas tierras americanas, ¡feliz 2015 a todos! Espero que el año entrara bien. Por Galicia, tuve la oportunidad de ver que con mucha fiesta y sin escatimar en alcohol. Despois queixádevos do fíghado.
¡Pero vamos a lo que vamos!
El lunes teníamos planeado salir de casa a las nueve de la mañana, pero después de haber llegado de Marysville, dónde tuvimos la comida de navidad con la familia de mi host mom, pues estábamos tan cansados que la retrasamos casi 45 minutos. Como siempre, llené mis dos maletas (si, para cuatro días y medio) de por si acaso: ropa de entrenar por si me apetecía ir a correr, dos bikinis por si el tiempo acompañaba, cuatro vaqueros "no vaya a ser que los manche todos", tres pantalones cortos, una falda y siete camisetas. Dos sudaderas, unos pantalones de chándal, y dos chaquetas. Y por supuesto, el kit completo de higiene, el portátil, los deberes de química y periodismo, dos libros y una libreta. Juro por todo lo que más quiero que no fui la única en llevar de más. Cerca de las diez ya estábamos subidos en el coche y preparados para las ocho horas de camino que nos quedaban hasta llegar al hotel en el que pasaríamos la noche, en Knoxville, Tennessee. Olivia y yo nos pasamos las dos primeras horas hablando, pero a mi me pudo el sueño, así que me tomé una siesta de dos horas, que falta facía. Atravesamos ese día cuatro estados: Ohio, Indiana, Kentucky y Tennessee.



 Cuándo llegamos al hotel, no sentía el maldito culo. Siento tener que decirlo, pero lo tenía más cuadrado que Bob Esponja. El hotel no pudo ser mejor, recién renovado, con dos camas de matrimonio en cada habitación y un baño del tamaño de mi habitación aquí. Nos pasamos la noche mandando vídeos por snapchat a los amigos de Olivia, porque mi móvil ha decidido no funcionar si no es en casa (¡no comprés el bq, están gafados!). Le enseñé música de pachangueo y hice que aprendiese a bailar El tiburón. Vamos a llamarlo intercambio de cultura...

Si, eso que veis tirado en la cama soy yo.
Pero que poco nos duró la alegría, porque al día siguiente nos levantamos a las ocho y media para desayunar y dejar el hotel no más tarde de las nueve y media. Yo no podía con mi vida, y de las seis horas y media de viaje, me pasé durmiendo cuatro. No estoy exagerando. No vi nada de las Smocky Mountains y me pasé durmiendo todo el estado de North Carolina. De hecho, de desperté para ver el cartel que anunciaba que entrábamos en South Carolina, y yo no me puse a llorar porque se hubiesen reído de mi.
A eso de las cuatro de la tarde llegamos a nuestro hotel, y las habitaciones, a pesar de no tener dos camas de matrimonio y un baño en el que podrías vivir, eran amplias y con una cama tres veces la que veis en la foto de arriba. ¿Pero a nosotros que más nos daba? ¡Habíamos llegado!



Tuvimos casi dos horas para prepararnos e ir a cenar con Zach, mi host brother y Brittany, su novia. Olivia estaba nerviosísima, pues llevaban sin verse desde que Peter y Janice se casaron, en Junio. La verdad me dio mucha envidia de que ella pudiese verles y yo todavía tenga que esperar cinco meses más para abrazar a mi pequeñajo, pero como digo siempre, el tiempo aquí esta volando! 
A las seis salimos del hotel y fuimos a Downtown Charleston a cenar, a un restaurante italiano que sirve los mejores espaguetis con albóndigas que he comido en mi vida, sin contar los de mi madre. Fue una noche genial, todos estaba muy contentos de volver a estar juntos, y yo estaba muy contenta de por fin conocer a toda mi familia americana. 
A eso de las nueve nos despedimos y fuimos pronto a dormir, porque al día siguiente tocaba turismo por Charleston.

El miércoles, después de un desayuno sustancioso: bacon, english muffin, zumo de naranja y algo de fruta para hacer mi desayuno más sano (o por lo menos sentirme algo mejor conmigo misma) salimos a las 10 de la mañana todos en el mismo coche a ver la ciudad. Primero hicimos un tour en coche, para decidir que queríamos ver primero. 
No quiero daros envidia a los fanáticos de El diario de Noah, pero Charleston es la ciudad en la que se grabó toda la película, y el primer sitio al que fui, fue Charleston College, dónde Allie estudia y conoce al chico con el que en principio se iba a casar. Lo increíble de esa univesidad es que ¡los edificios son casas normales! La casa de matemáticas, la de ciencias, la de industria... y todo en un ambiente totalmente natural. Es precioso.







Fotito por aquí y fotito por allá, casi hora y cuarto disfrutando del precioso día en esa pequeña universidad. Después de eso, hicimos un tour por la cuidad, pero esta vez en un carro tirado por dos burros, aunque como nos explicó nuestra guía, sólo uno tiraba del carro, el otro estaba ahí para adornar. Nos contó por qué llaman a Charleston The Holy City, ya que hay más grupos religiosos de los que podéis imaginar. También nos contó toda la historia de la guerra civil, huracanes, tsunamis y demás, pero no quiero aburriros, no sé si a todos os gusta la historia. La verdad a mi me encantó conocer todos esos detalles a cerca de la ciudad, como por ejemplo, que las casas no están construídas "apuntando" a la calle, sino al sur.






Después de eso fuimos a ver el Rainbow Market.Es un mercado local en el que puedes encontrar todo tipo de gastronomía, recuerdos... Es muy antiguo, datado de 1790 y la verdad encontré una sudadera y una flor hecha con palmero.



Después, a eso de las dos, nos subimos a un barco que nos llevó a Fort Sumter, una base militar en una isla en la que tuvo lugar la primera batalla de la Guerra de Secesión, si quereis saber más información, os dejo aquí el enlace a la Wikipedia. 













Después de una visita rápida y de tenerme a mi atontada mirando el mar durante al menos veinte minutos, volvimos al hotel a darnos una ducha e ir a celebrar el año nuevo a casa de mi hermano. Al tener tiempo suficiente, pude hacer skype con mi familia en Galicia y verles comer las uvas. La verdad, cuándo tú no lo estás haciendo, la tradición parece un poco estúpida, pero no pude reírme más.

Para cenar había una sopa con carne y patatas que estaba muy rica, cosa que me sorprendió, y después de intercambiar los regalos de navidad, nos pusimos a jugar a juegos de mesa. Este año soy más competitiva que los anteriores, cosa que casi me sorprende, y gané a ambos juegos a los que aprendí a jugar esa noche. A las once y media sincronizamos la tele con la famosa caída de la bola de New York, y, doce segundos antes de fin de año, comimos las uvas. 

Olivia haciendo propaganda de la tradición en Snap

Nos fuimos al hotel después de ver durante 3 minutos en la tele como las parejas en New York se besaban (tradición americana). Yo no podía creerme que me iba a cama antes de las doce y media de la noche, así que decidí hablar por facebook (ya que mi móvil estaba de nuevo muerto) con algunos de mis amigos y ver como estaban entrando en el nuevo año. Sólo quiero decir que unos mejor que otros, como siempre.
El primer día del año nos lo pasamos visitando Downtown Charleston, sacando fotos, yendo al teatro en el que Noah y Allie de El diario de Noah tienen su primera cita, tomando helado de galleta o brownie con nata y como no, ir a la playa, dónde me puse nostálgica al pensar que al otro lado del océano estaba mi otro hogar. Así aprovechamos el poco tiempo que nos quedaba en las "cálidas" ( y lo pongo entre comillas porque estábamos a máximas de 15 grados) tierras del sur. Miramos el tiempo que daban para el fin de semana y al ver que una ola de frío se avecinaba, decidimos que dejaríamos South Carolina esa noche en lugar de el día siguiente.












Y vueeeeelta otra vez al coche. Nuestra motivación era volver a dormir en las increíbles camas del hotel de Knoxville, y vaya si dormimos. Al día siguiente, esto es, viernes, tuvimos las últimas ocho horas en coche. Cuándo vimos el primer cartel de Pure Michigan yo casi quise llorar. ¡Qué bien sienta estar en casiña!
El resto del día me lo pasé deshaciendo maletas, jugando con los perros y dejando mi habitación en peores condiciones de las que había quedado antes de irme (mamá, te prometo que cuándo acabe el post me pongo a recogerla). Intenté irme a dormir pronto, pero creo que tengo el sueño cambiado de tanto dormir en el coche, así que hasta la una y media no hubo manera. El sábado tuve entrenamiento de baloncesto de 13:30 a 15:30, y nunca me gustó menos un deporte como baloncesto, pero todo sea por el grupo y por no engordar. A las cuatro y media mi padre me llevó a casa de Logan a ver unas pelis y jugar al billar. Cuándo llegué a casa estaba casi literalmente muerta, pero mi mente no se callaba así que estuve despierta y leyendo hasta las tres de la mañana.

El domingo fue un día de relax, les hice para el bruch (a medio camino entre el breakfast y el lunch) tortitas caseras, y después de ir a comprar algunas cosas para decorar la taquilla de Elisabet y hacer skype con mis padres y Julia .

¡Y nada más por esta semana! Muchos habéis estado esperando este post, dejándome preguntas y comentarios en ask, que de verdad os lo agradezco. Sé que mañana salen las listas, y os deseo muchísima suerte a todos. Sé que los nervios podrán con vosotros, pero va a ir bien, ya veréis. Si tenéis más preguntas, ya sabéis como contactar conmigo, y estaré encantada de responderlas a todas lo mejor que pueda. Además, posiblemente haga un vídeo con Julia, otra becada, así que si tenéis alguna pregunta para las dos, dejad una J al final de la misma.
¡Besiños desde Míchigan!


1 comentario:

  1. Pues yo tuve varios Bq y no he tenido problemas con ninguno, espero que se te solucione.

    ResponderEliminar

¡ Gracias por comentar y leer !