sábado, 16 de agosto de 2014

+10: life is a climb, but the view is great.

No ha pasado ni una semana desde mi último post pero, a pesar del cansancio y de que lo único que pide mi cuerpo y mi mente ahora mismo es dormirme, he decidido actualizar el blog porque ha sido una semana increíble.
Todavía no tuve ningún momento en el que me sintiese agotada, en el que las lágrimas viniesen a mi y dijese "Quiero volver", y creo que eso es una buena señal. Ayuda mucho tener una host family increíble, que siguen soportando mis continuos "What?" cuándo no acabo de entenderles y mis todavía más continuos "Great!" a cada propuesta que me hacen. Siempre tienen una sonrisa para mi, sean las seis de la mañana o las doce de la noche, y están ayudándome mucho a que me sienta "como en casa", ya que al fin y al cabo, esta es mi casa ahora, aunque mi hogar sigue en un pequeño pueblo de Galiza llamado Friol. 
El día siguiente a mi llegada, después de dormir durante 12 horas seguiidas en mi nueva cama, mi host family me llevó a la feria, y tuve mucha suerte pues era el último día. Era todo como en las películas, con las atracciones, los puestos de comida, los establos con los animales... Yo no podía parar de sonreír y de mirarlo todo con una curiosidad incansable, y ellos no paraban de contarme cosas sobre la feria. El jet lag hizo que sólo estuviésemos allí tres o cuatro horas, pero fue realmente increíble.






El domingo me tocó madrugar para ir a mi primera misa americana con mi host sister. No sé que teneis en mente, seguramente lo primero que penséis es "¿Qué hace Estela en misa?" pero quiero vivir mi año americano con todo lo que eso conlleva. Fui porque quise, de hecho ellos me dijeron que era mi libre decisión, pero tenía real interés en saber como eran. 
Resultó ser bastante ameno, con muchas canciones, 30 minutos de sermón y un descanso en el que Olivia me presentó a los chicos del Youth Group y a los demás integrantes de la iglesia.
Por la tarde, fuimos al cine a ver Step Up, y tengo que deciros que América es genial: tu pagas tu bebida y tus palomitas, y luego puedes rellenarlas cuántas veces quieras. Nos llevan años luz,chicos...
Y para acabar, empezamos la buena rutina de ir a correr todos los días 5km porque los entrenamientos de cross country empezaban el miércoles.

El lunes por la mañana fui a disfrutar unas cuantas horas del piano que tienen en el sótano, leí y vi la tele con mi host mother hasta que llegaron Olivia y mi host father. Comimos y me llevaron a comprar la cámara de fotos y mi tarjeta SIM con mi número americano! Wehe! No parece nada emocionante, pero por lo menos ya puedo socializarme con la gente de aquí fuera de las reuniones y eso, así que es algo digno de contar.
Después de correr los 5km, les enseñé a jugar a juegos de cartas españoles, y ellos se lo pasaron pipa, y yo también, ¡para que mentir!

De izquierda a derecha: Olivia, Deb, Dave y yo.

El martes por la mañana fui al High School con Dave a ver qué podía hacer en la Marching Band , que son los desfiles de bandas que se hacen en los partidos de fútbol. Dave es el director de la banda, asíque decidimos que tocaría la marimba en una de las canciones, y iría con las banderas en el resto. No sé como explicar qué son las banderas, pero es como que acompañamos la música bailando con ellas. Después de eso, fuimos Olivia y yo al examen físico, que es necesario para poder realizar cualquier deporte durante el año, y tras 30 minutos haciendo unas pruebas aburridísimas, volvimos a casa.
Toda la tarde estuve con Olivia practicando con las banderas, cantando canciones con el piano, haciendo skype con Álex, que vuelvo a darle las gracias por hacer magia para Olivia y para mi, jugando a la Wii y leyendo un poco.



Además, vino Kendra, mi coordinadora local, a conocerme y ver si todo iba bien. Me dio la bienvenida a Michigan y me regaló una banderita americana, unos bombones de chocolarte mentolado, típicos de la región y unos sobres con notas.

El miércoles fue un día agotador. A las ocho de la mañana, y sin haber desayunado, estaba en mi primer entrenamiento de cross country, en el que corrimos, así, sin comerlo ni beberlo, 8km. No sé ni como conseguí acabarlos, pero lo hice. Entrenamos hasta las diez, y de diez a doce tuve ensayos con las banderas. Llegué a casa muerta de cansancio, pero ese día teníamos que ir al High School a coger mis asignaturas, así que un bocata para comer y allá fuimos. Finalmente no pude escogerlas porque no estaba la chica que tenía que poner mis datos en el ordenador, pero así pude ver el High School y sacar alguna foto.






El jueves, a las siete de la mañana, el Youth Group y yo partíamos rumbo a uno de los parques de atracciones más grandes del mundo, el Cedar Point, en Ohio. Olivia y yo fuimos en el coche con un chico de 17 años, el conductor, dos de 16 y una niña de 13, ya os podéis imaginar menuda fiesta las tres horas de trayecto. Les enseñé música española y cada vez que veíamos un camión no parábamos de pedirle que pitase. 
Una vez en el parque, tuve miedo de quedarme sola, porque a Olivia no le gustan las montañas rusas, así que tuve que ir con 10 personas que no conocía de nada, pero fue genial, simplemente genial. Estaban siempre pendientes de que lo estuviese pasando bien, haciéndome bromas y enseñándome los juegos a los que jugaban en las colas para hacerlas más amenas. 
Nos pasamos el día haciendo cola y disfrutando de las increíbles montañas rusas. Subimos al coche para volver a casa a las 9 de la noche, empapados porque la última atracción a la que fuimos era una de agua, y no fuimos una vez, si no cuatro seguidas, así tengo ahora la garganta... pero fue realmente divertido.
Os dejo alguna foto del Cedar Point sacada de internet para que veais lo enorme que era, y las demás fueron sacadas con mi móvil.

Youth Group






Hoy, viernes 15, me levanté a las ocho para ir al ensayo con las banderas de nueve a doce, y después de comer, atendiendo a las necesidades de mi cuerpo y mi mente, me dormí una siesta de hora y media. Cenamos tacos, y he de decir que estaban buenísimos! Os dejo alguna fotito para daros envidia



Y, a las seis y media, nos fuimos a correr mi primera carrera americana. He de decir que estoy muy satisfecha, pues corrí 5 km en 25 minutos, y quedé segunda de mi grupo de edad. Además fue muy divertido y, pese a que eché muchísimo de menos el apoyo del club de atletismo Friol, a los que, si me leen mando un saludo y quiero que veais que no me he dado a la vagancia, el equipo de cross country no paró un segundo de animarme como si fuese una más. Como podéis leer en la hoja de abajo, mi nombre ahora es Estefa y mi único apellido es Varela, pues para ellos Villarabide es mi segundo nombre. Fue un poco épico cuándo me llamaron para subir al pódium, pero bueno, nos reimos bastante.









Y nada más por ahora, ya veis que no es poco! La vida aquí empieza a tomar forma, y yo empiezo a conocer las cosas con todos los detalles, ya se que Patches va a intentar quitarle la comida a Gracie, y que Gracie va a venir a sentarse al sofá conmigo. Sé que la cerradura del baño no funciona si no giras de más la manilla, que Olivia se ducha por las mañanas y que por lo tanto yo lo hago por las noches. La primera en subir al coche es Deb y el último en salir de casa es Dave.
Ya veis, empieza a asentarse la vida aquí, y por fin puedo ver todo lo que ha quedado al otro lado del charco con claridad, con realismo. Ahora, aunque puede que tarde, puedo apreciar a quien de verdad está, a aquellos que todos los días siguen hablándome y preocupándose por mi, y poco a poco, olvidando a los que sólo querían verme hundida. A los de verdad, gracias por estar y por seguir estando, al resto, no os digo nada que no os recuerdo.
América me sienta bien, amigos, o eso creo.

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