miércoles, 19 de noviembre de 2014

Relato IX: Mi segundo nombre es indecisión.

Vuelve, pero no te quedes.
Quédate, pero nunca vuelvas.
Te echo de menos, pero jamás he sido tan feliz como ahora, cuándo estoy sin ti, cuándo ya no te lloro que te quedes, porque estoy mejor desde que te has ido.
No es rencor, mucho menos envidia, tal vez sólo curiosidad de saber como solo encuentras la felicidad atado a personas cuándo yo a lo único que me ato son a las páginas de los libros que me leen el alma.
No debería, pero me alegro. Por ti, por ver que siguen haciéndote feliz porque tu no sabes como serlo. Aún así me alegro de que seas (casi) tan feliz como yo, que encuentro motivos por los que sonreír en cada momento que me hace sentir libre.
Ha dejado de acelerárseme el corazón al pensar en ti, pero siguen sin atreverse a pronunciar tu nombre en mi presencia. Por si me corta, dicen. Ilusos, no saben que yo siempre fui el cristal roto que tu tanto intentaste retener pero que finalmente dejaste ir.
Perdida, desde que me encontré abandonada, y que bien se respirar en libertar. Sin cuerdas, ni cadenas, ni preguntas, ni respuestas.
Indiferencia a la diferencia entre nuestras vidas en las que ya no hay un lugar para nosotros. Y mejor, más bonito, más feliz. Pero no tan cálido, no tan verde, no tan tú, no tan yo.
Ese yo que nunca se había manifestado tan fuerte como cuándo volvió a estar solo consigo mismo, que me hizo descubrir que yo soy más yo de lo que cualquier persona jamás podrá ser, de lo que nadie podrá soportar. Ese yo, que descubrió que no te necesitaba por mucho que intentase autoconvencerse.
Tú, con tu miedo a quedarte solo, atándote a cualquiera que sea más pilar que persona, para estar seguro de que nunca te abandonará.
Yo, demasiado asustada para dejar de batir las alas por miedo a dejar de soñar.
Tú, que me enseñaste que los para siempre son sólo palabras, y yo que mis palabras dejo sobre el papel.
Te devuelvo las cuerdas con las que durante tanto tiempo me intentaste atar. Te las devuelvo llenas de sangre, sin miedo al daño que hicieron, así que ten cuidado con ellas.
Las tienes en el cuello, y no van a aflojar. 

Photo Credit: Álvaro Piñeiro.

6 comentarios:

  1. Impresionante, cada día me sorprendes más Estela😢
    Besos desde San Sebastián

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    1. Un día me dijeron que si quieres hacer algo bien, tienes que mejorar cada día, y yo quiero hacer esto bien.
      Muchas gracias, y un abrazo muy fuerte!

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  2. Jooder!
    Acabaste de convertir nunha das miñas escritoras preferidas!!

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    1. Non podo esconder a alegría que o teu comentario me acaba de causar, sen dúbida para apuntar este día na miña axenda.
      Alégrome moito de que che guste, e alégrome tanto ou máis de ler iso, un saúdo!

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  3. Estou respirando amodiño, intentando decidir se me doen as palabras ou o que se agocha nelas!!!
    O que si che teño que dicir é que cando te leo sempre chego ata o final... Bicos

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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