On your marks.
Get set.
GO!
Empieza la carrera, contrareloj, les ruegas a tus piernas que no fallen, que sigan, que falta poco, que tantas horas de entrenamiento tienen que servir para algo.
En tu mente solo está presente una cosa: tu meta. No la línea final, si no tú propia meta, el lugar a dónde quieres llegar, por el que has luchado, por el que estás luchando, y por el que no pararás hasta alcanzarlo.
Ya ha pasado lo peor, queda la recta final, y no vas a dejar que nada te arrebate tus sueños, tu meta, así que coges aire, te llenas los pulmones, y metes el sprint final. Y ya lo tienes, lo has conseguido.
Ves a tus padres corriendo hacia ti, a tus amigos gritándote, a los abuelos observando orgullosos...pero la mayor victoria está en ti, en saber que no te has fallado, que has llegado a dónde querías llegar, y que nadie puede robarte tu victoria personal., así que cierras los ojos, y dejas que el Sol te seque el sudor de la frente, que las lágrimas recorran tus mejillas, que el corazón se te calme, y que la euforia dé paso a la razón, a la consciencia.
Lo has conseguido, ha sido duro, pero ya lo tienes y sabes que lo más complicado llega ahora: demostrar por qué tu y no otra persona, dejar claro que tu trabajo, ha valido la pena, y sobre todo, no dejar de disfrutar de la oportunidad que te han brindado, y que has atrapado.
Ahora, sólo queda mirar al horizonte y pensar en todo lo bueno que está por llegar.
Todavía 72 días.
Sólamente 72 días.